La Belleza
- lorenagarciacoach
- 13 nov 2022
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 29 ene 2023
La mayoría de los conceptos básicos en la vida son diferentes para cada uno de nosotros a pesar de ser compartidos.
Amor, respeto, lealtad,...Son valores que compartimos todos nosotros. ¿Quién quisiera vivir sin amor? Sin embargo, compartirlos no significa que para cada uno de nosotros representen lo mismo.
Cuando en sesión te pregunto que significa tener pareja ó qué valores básicos cumplen el concepto de compartir tu vida con otro; normalmente ocurre que los valores básicos quieres cubrir o qué son importantes para ti pueden no cumplirse. Es decir, que la relación que tienes no los honra.
Esto ocurre con todo lo demás, pero hoy quiero hablarte de Belleza.
La belleza es quizás lo más importante en nuestras vidas, sin embargo no le prestamos atención. Además es un concepto muy abstracto al que nos cuesta poner nombre y apellidos y que para cada unos de nosotros representa algo completamente diferente. Es importante ser bello, sentirte aceptado por tu belleza, interna o externa, atractivo o interesante, guapo/a o inteligente,...Lo importante es sentir que aportamos algo de belleza al entorno que nos rodea en algún sentido.
Qué duda cabe que una puesta de sol es bella o que una tormenta hace que el mar muestre su fuerza y vemos belleza en ello. Una flor, un halcón planeando en el cielo, un bebé que nos sonríe o el te quiero de una madre.
Es quizás la belleza el concepto de la vida que más nos inquieta, nos hace sentir seguros o tristes, fuertes o pequeños, y creo firmemente que es por ello que evitamos pensar en ello. Sólo lo hacemos cuándo nos dejemos sorprender por algo impresionantemente bello o por lo contrario por aquello tan feo que no podemos sino rechazarlo de manera tácita.
Este concepto, el de belleza, ha sido el que más curiosidad me ha provocado desde la infancia. Recuerdo a mi abuela decir que veía belleza en todo lados. En mis primeros años, preguntaba a mis padres sí yo era guapa, se ve que validarme y que mis padres me vieran bella era para mi sinónimo de que mis padres me querían y se sentían orgullosos. Y hasta aquí bien, pero mi abuela veía belleza hasta en aquellas criaturas que todos decían, pobre, que niña más fea, o en aquellos infantes desaliñados con el moco, siempre colgando.
Yo no entendía aquello, a medida que llegue a la pubertad, la importancia de la belleza cobró fuerza por que ya no sólo era importante ser bello para la familia sino también en la escuela. Querías sentirte aceptado, y por ello, este concepto se transformo y adaptó a lo que socialmente era necesario. Ahora no sólo era importante ser guapo sino también agradable y atractivo ( simpático, divertido, popular) pero sin excesos que terminarán haciendo de ti el payaso de la clase.
Aún así, en plena pubertad de pelos tapando la cara, granos, grasa, carácter huraño, alergia al agua y otro sin fin de cambios en estas edades, mi abuela veía magia en cada uno de los jóvenes con los que se cruzaba. Realmente pensaba que mi abuela estaba loca, que era demasiado mayor o que le fallaba la vista, por que para mi era completamente inexplicable.
Ya en la edad adulta, me volví un tanto escrupulosa, me molestaban los zapatos sucios, los excesos de maquillaje, las manos y uñas descuidadas y los pelos sin atusar correctamente, la comida entre los dientes, el mal olor, las legañas y aunque no lo creas un largo etcétera. Sin embargo, en el eco de mi memoria estaba mi abuela viendo belleza por doquier y cuándo me sentaba a su vera, ella siempre intentaba que yo también lo viera.
Mi abuela, Doña Isaura, nació en 1919, fue la primogénita de 10 hermanos, huérfana de madre demasiado joven e hija de un minero retirado también joven. La mina es una trituradora de hombres y deja grandes secuelas, más en aquellos tiempos en los que los hombres entraban a la mina sin más protecciones que la vida de un canario.
Empezó a servir, como ya lo hacía su madre, a los 10 años, en las casas de los señoritos del pueblo para sacar a la familia adelante. Vivió varias guerras y una dictadura sin perder de vista que debía sacar a 9 hermanos adelante.
Se casó tarde, tenía 25 cuándo se casó con mi abuelo, y esto sólo fue por que no pudo casarse con quien quería. Se enamoró del manco del pueblo y no se le permitió casarse con el lisiado que no podría darle un porvenir. Mi abuelo también era minero y para la época ganaba bien.
Tuvo 4 hijos, y nunca pudo dejar de servir, su marido se retiró de la mina con silicosis y ciego, casi de ambos ojos.
Ahora que ya ella no está conmigo y que a mis 45 aún el eco de sus palabras resuenan en mi memoria, sigo buscando aquella belleza que hacia que los viejos y cansados ojos de mi abuela brillaran.
Y he llegado a la conclusión que ella veía belleza en la oportunidad de vivir, en la juventud y los años que quedaban de vida, veía belleza en las oportunidades de hacer, en la capacidad de soñar vidas distintas a la que ella vivió.
Seguramente, no he llegado a comprender, aún, la belleza de la vida, e imagino que pierdo la oportunidad de encontrarla cada vez que me quejo, recuerdo o proyecto a futuro; y no soy capaz apreciar que la vida es hoy; y que el solo brilla cada día para mi ahora del mismo modo en que ella brilla en mi recuerdo como un faro que marca la dirección correcta.
Te invito a no esperar a la vejez para conocer esa belleza, te invito a parar ahora y observar a tu alrededor milagro de la vida, en tus hijos, en lo que comes hoy, en la suavidad y calor de una cama recién hecha, en la risa de tu pareja, en el regalo que cada mañana te da la vida; esa oportunidad para ser y hacer.
Mi abuela me enseñó entre otras muchas cosas que la belleza está en no desaprovechar la oportunidad de vivir.
Gracias abuela.

Recuerda que cada día es un buen día para ser feliz.
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