El Legado
- lorenagarciacoach
- 11 may 2023
- 4 Min. de lectura

Existió un hombre no hace demasiado tiempo que vivió su vida desde el impulso de seguir sus pasiones. A pesar de no tener la posibilidad de haber estudio trató de aprender todo lo que la vida le quiso poner por delante y un poco más de casi todo lo que le resultaba interesante.
Tuvo que trabajar desde muy pequeño, los años en los que le tocó vivir no fueron fáciles y costaba llenar la nevera y tener una vida cómoda.
A vista de todos era un luchador, un incansable trabajador y un hombre de ley. Formó una familia y cuando pudo darse un capricho no lo hizo, tenía en la mirada la serenidad que ofrece un bello paisaje. Cómo si no necesitase llegar a ningún lugar por que sabía que ya había llegado.
Cada cosa que hizo la hizo desde el amor, se envolvió en negocios, proyectos e ideas, algunos dieron pérdidas y no salieron todo lo que empresarialmente es deseable. Él igualmente parecía disfrutar y no se dejaba llevar por la pena del fracaso.
De todos los proyectos y todas las ideas que puso en marcha una de ellas salió bien y le aportó grandes ingresos. Cuándo todo el mundo le dijo que aquello no tenía sentido él se embebió en inventar una máquina que fuera capaz de facilitar la cosecha de la remolacha y contra todo pronóstico logró vender muchas de aquellas cosechadoras.
Esto le dio tranquilidad y le permitió también mejorar la calidad de vida de su familia.
Pero lo que fue más importante de todo aquello fue que pudo hacer algo que sabía que llegaría a realizar algún día. Quería hacer vino!
Compró una parcela y comenzó a cultivar y poco a poco con amor y mucha alegría fue poco a poco creando su pequeño emporio.
La gente le recuerda como un hombre entrañable, hogareño, familiar y humilde. Ya no está con nosotros y dejó tras de sí un legado empresarial que garantizará la vida de sus hijos, nietos y bisnietos y tataranietos con toda seguridad.
La semana pasada, recordándole con una persona que le conoció muy bien concluimos con esta reflexión que espero te resulte estimulante.
Tenemos la errónea idea de que debemos trabajar mucho, luchar para poder dejar a nuestros hijos una vida más cómoda y un legado que haga que se nos recuerde, al menos por un tiempo. En el mundo empresarial surgen las preguntas e inquietudes de quienes cogerán el testigo de los negocios de que con tanto esfuerzo se han creado y sí estos honrarán el legado de los padres.
Es cierto, que es una gran sensación y un acto de generosidad el tratar de garantizar el futuro de los que vienen detrás y esto me hizo pensar que la siguiente cuestión.
El hombre ha tratado a lo largo de la historia de la humanidad de dejar su importa, de ser recordado por sus logros, y se ha cuestionado mucho el significado de la inmortalidad y de como poder acceder a este concepto por medio de legar algo a las siguientes generaciones.
¿Es por tanto cierto que no dejas tu impronta tu legado sí no tienes quien recoja el testigo de tus proyectos, el fruto de tus actos?
Luego ¿ Eres menos importante sí no eres capaz de legar nada material? Se puede decir que no dejas tu pátina en este vida en el caso de que no tengas una lista de logros por los cuáles se te recuerde?
Tras varias disertaciones sobre lo que significa este concepto he llegado a la siguiente conclusión y tomo de ejemplo las palabras que describieron a este bodeguero que dejó tan buen sabor de boca por dónde quiera que paso y que dejó el eco de su risa y humildad.
El legado eres tú, es la esencia que permites que otros vean y perciban en ti. Da igual el legado económico que dejes o las empresas y negocios. Esos proyectos son así por que eres tú quien les da vida y el que lo hace especial. Tras de ti vendrán otros o no, estos lo harán mejor o no pero es tu esencia lo que es inmortal y tu carisma lo que dejará un sello, un legado.
Puedes esforzarte en crear, hacer, luchar, conseguir, construir o destruir. Lo que se recuerde de ti no será nada que tenga que ver con lo material.
Lo que reamente importa y permitirá que se te recuerde será la esencia de lo que realmente eres.
Luego sé lo que eres, disfruta del camino, haz las cosas desde el amor, la pasión y la humildad de que es lo mejor que puedes hacer.
Ponle tu esencia a cada cosa que toques, que digas y a cada persona con la que te cruces en el camino.
Pon tus esfuerzos en ser auténtico e inimitable por que no hay otro igual que tú, luego no te compares, no quieras ser como este o aquel.
Sé tu con todo tu ser.
Gabriel García Márquez dijo; "La muerte no llega con la vejez sino con el olvido"
¿Cómo quieres ser recordado? ¿Qué te hace especial?
Eres quizás una persona comprensiva, alegre, de actitud positiva, resiliente, un oyente, un gran ejecutor y organizador, una persona paciente.
Haz una lista de todo lo que te hace ser tú y comienza a compartir tus dones con el mundo.
Deja tu legado, deja tu importante desde el ser auténtico.
Esta historia está inspirada en la vida de Alejandro Fernández, padre de las bodegas Pesquera, al que no tuve el placer de conocer y del que sé realmente muy poco, y escribo estas palabras desde el más profundo respeto a su figura.
Me ha inspirado haber conocido a algunos de sus trabajadores y que todos y cada uno de ellos le recuerdan como una gran persona. Cuando pasen los años quedará su nombre como referente de la empresa y los que no le conocieron no llegarán más allá. Pero mientras cada uno de los compartieron tiempo con él cuenten su historia y hablen de él con el cariño que lo hacen él seguirá estando vivo en la memoria de todos, incluso de los que no tuvimos el placer de conocerle. Y mientras esto ocurra su legado seguirá vivo.
Recuerda que no tienes nada salvo a ti mismo.
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