Coleccionando Mapas

Uno se pasa la vida intentado comprender de qué va esto de vivir. Cuál es nuestro sentido de vida y hacia dónde vamos y porqué. Los años nos van pasando con bastante velocidad. Una rapidez que no conseguimos frenar y que de cuando en cuando nos pone en una situación de vértigo difícil de gestionar.

Hasta que uno llega a madurar, las explicaciones de los que nos ocurre las ponemos en el entorno. Nos va mal por que mira lo que me han hecho, dicho o por que los demás no son tan como yo en lo que quiera que sea...Lo bueno es sólo nuestro, no cuentan las horas sin dormir o extras de trabajo de tus padres, la educación que te dieron o que alguien te esté mostrando el camino.

Sí eres de los "buenos", es decir, de los que han aprendido a base de darse de tortas y que es humilde para reconocer que se ha equivocado una o dos veces, pasaras los cuarenta con la sensación de haber alcanzado un espacio de paz y tranquilidad donde no hacen falta las prisas, los dramas ni encontrar problemas haya donde vayas. Valoras más la paz que el conflicto y te has vuelto más exquisito a la hora de rodearte e invertir tu tiempo.

La cuestión que hoy quiero compartir contigo es la de cómo, a pesar, de todo lo aprendido, de todos los mapas que coleccionamos y seguimos atesorando, aún así, no encontramos mayor sentido a nuestra misión de vida. Y créeme que no te voy a dar la clave para descubrir tu misión, al menos no por ahora.

Lo que me despierta una gran curiosidad, es cómo avanzamos por la vida, acaparando estructuras de conocimiento, mapas de cómo hacer y como ser y aún así vamos perdidos, sin rumbo.

Ahora, empezamos a ir a colegio con tres años, a mi me tocó empezar a los cinco, luego instituto, universidad y especializaciones, masters, cursos y títulos. Además, coleccionamos manuales de como hacer esto, lo otro y lo de más allá. Sabemos como comportarnos aquí y allí con bastante solvencia y atesoramos una cantidad de información, mapas, realmente impresionante. Sin embargo, sí ponemos todo eso sobre la mesa y nos preguntamos, ¿ Y ahora, hacia dónde ? Podemos descubrir que ninguno de ellos nos da la dirección correcta a seguir, el camino de la realización y sentido de tu vida.

A pesa de todos los mapas que atesores, no conseguirás eliminar las dudas y obtener las certezas de sí tu camino es el correcto o sí realmente hay un sentido en él.

Y puedo decirte, que sí eres viajero, como yo lo soy, y te gusta explorar, a veces, incluso sin mapa, ya tienes mucho más de los que, por miedo a la incertidumbre de no saber, se protegen de lo desconocido manteniéndose a resguardo siempre en el mismo lugar.

Sólo aquellos que siente el impulso de explorar fuera de su zona de confort están más cerca de encontrar el lugar dónde sentirse realizados.

Colecciona mapas, aprende, estudia, pero recuerda que la verdadera experiencia están en explorar esos mapas.

Ningún mar en calma hizo experto a un marinero.

Recuerda que puedes todo lo que quieres.