Aceptarse así mismo
- lorenagarciacoach
- 26 mar 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 18 sept 2024

Estos días hay mucho revuelo sobre la nueva ley trans y lo que esta supone. Yo no la he leído y en realidad no puedo opinar sobre lo que alguien siente que es o dejar de ser.
Yo me crie en un hogar que se podría llamar hoy en día comunista. Mi abuelo era comunista y mi abuela era socialista y recuerdo, aunque no el contenido, aquellas pequeñas y educadas discusiones entre ellos que sin duda en privado debían ser más que acaloradas.
Ahora las posturas ideológicas parecen haberse difuminado tendiendo hacia una generalidad en la que todo se asemeja y las diferencias se aprecian en mundanas controversias muy alejadas de lo realmente importante.
Soy nacida en Asturias, en la cuenca minera. Allí por aquel tiempo se iba a misa los domingos. Yo creo que no se creía demasiado en Dios, pero se cumplía la norma y luego se vivía como cada uno quería. Mi abuelo fue minero, y por aquel entonces las condiciones de trabajo eran realmente malas. Por esto, por la dictadura, o por que se creía que se podían hacer mejor las cosas o no sentirse en libertad, la lucha por los derechos se inculcó en casa desde que tengo uso de razón. Lo primero que recuerdo haber leído y comprendido fue la lista de los derechos y deberes de los los niños. Crecí con la idea de que éramos pobres y no podíamos tener lujos, pero también con el principio básico de que lo que se tiene se comparte.
En cierto modo puedo decir que fui una infante afortunada por haber recibido valores tan valiosos como el respeto a los mayores y a las normas, la idea de que todos somos iguales y tenemos los mismos derechos y sin duda, el valor para reivindicar y el saber que las cosas siempre se pueden hacer mejor.
Hubo carencias. Carencias emocionales, y de comunicación, aprendimos a lidiar con nosotros mismos y muestro entorno como buenamente pudimos. Esto se heredó de generación en generación y creo, sigue siendo tarea pendiente hoy en día.
En el colegio el gordo era el gordo, la fea la fea y yo que llevaba gatas, la cuatro ojos. Esto no ha cambiado mucho desde entonces. Yo nací en el 77 y comprendo que de aquellos mimbres estos cestos.
Mis padres a día de hoy no son maestros de la emoción y por mucho que yo lo quiera hay cosas que no puedo hablar con ellos y que algunas conversaciones nunca tendrán lugar. Pero lo cierto es que, no me han mermado como persona y que aprendí de ello que uno debe ser autosuficiente y que los padres no te deben facilitar la vida a 360º.
Hoy queremos más.
Queremos ser y que nos vean.
Queremos que nuestra particularidad sea relevante y que nos tomen en cuenta.
Queremos decirle al mudo quienes somos y que nos den una ovación digna de los Oscar y salir por la alfombra roja con nuestras particularidades por bandera.
Y está bien. tú puedes quererlo todo y está bien.
Ahora bien, pongamos los pies en la tierra.
Lo que el mundo a tu alrededor piensa de ti o opina de tí o tú crees que dicen o critican no tiene que ver con lo que eres .
Cómo tú te comportas para encajar, lo que tu muestras o escondes para sentirte así o asa, más o menos aceptado, más o menos popular, es reflejo de tu propias carencias y eso, además, está muuuuy lejos de lo que tú eres en realidad.
Cómo tu quieres que sea el mudo que te rodea,
Cómo tú quieres que los otros te traten,
Cómo tu quieres que los demás te tengan en cuenta, es sólo un deseo, una idea de algo imposible que no está en tu mano conseguir .
La verdadera libertad está en ser lo que tú quieras ser, en honrarte a ti mismo y respetarte a ti primero, con la convicción de que ser no tiene nada que ver con parecer, aparentar o hacer.
A raíz de todo este revuelo, me pregunto si tras años de aprender sobre emociones, sobre psicología, sobre respeto y libertad y si tras una dictadura, reciente por cierto, y una transición, también social; no hemos sido capaces de saber que todo vale y todo sirve siempre y cuando no vulneres el espacio de quien no comparte tus mismos principios.
¿Es posible que no podamos ayudar a nuestros jóvenes a aceptarse como son?
¿La libertad real de cada uno no debería ser, el tener la posibilidad de, la aceptación de que cada uno es perfecto tal y como es?
No deberíamos de invitar a huir hacia el no retomo a personas confundidos sólo por que el alcohol es mejor que la cocaína.
Abramos los brazos y los corazones y digamos:
¡Eres perfecto tal como eres no te falta nada y tampoco te sobra!
¡Ámate!
Así y podrás, a partir del amor, tomar tus propias decisiones y cambiar todo lo que quieras desde la confianza y el amor.
Dígame quién de ustedes ha estado siempre conforme con su cuerpo, quién no ha tenido dudas al respecto de cómo se ve.
Y por favor, dígame que lo soy la única a la que el peso de los años le cuesta un ratito aceptar.
Si seguimos en estas, ya no serán niños, adolescentes y jóvenes dispersos queriendo ser lo que no son.
La sociedad se convertirá en una dictadura, la de verse como los otros quieren, y los filtros del tik tok y las cirugías y los tratamientos y todo lo demás que resultará en la no aceptación de simplemente lo que es. Dígame, por favor, que aquella idea de mi infancia de que puedes ser lo que quieras, de que tienes derecho a ser y a poder alcanzar todo lo que con tu esfuerzo puedas lograr, no se ha quedado en un, si no puedo aquí apretando un botón me pongo ahí.
Dígame que aún merece la pena esforzarse por ser mejor, llegar a más y que no hace falta una bandera para que se te respete tal y como eres.
Dígame que es más importante aceptase, que la aceptación de los demás y por favor recuerden qué son perfectos tal y como son.
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